Sentida disculpa les debe este espacio queridos adoradores de Hatsu-Miku-chan. Como muchos se habrán dado cuenta, el último lunes de marzo (día 29) terminó (¡hace mucho!) y la queridísima columna del Miku Monday sufrió su primer descalabro en la historia. ¿La razón? Su muy humilde servidor, montado en la más obscena flojera, hija del inicio de un largo asueto, se brincó la rutina que anuncia el inicio de semana y olvidó, por lo tanto, sus obligaciones luneras… Queda pues para el registro. Abur.
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