viernes, 6 de mayo de 2011

TNT 21, décimo aniversario

Por Ismael Martínez


Década completa. Dos emisiones por año. La TNT se ha convertido en referente del tipo en América Latina, al menos eso arguyen sus organizadores, los mayores publicistas. Años pasan y el evento se aleja a pasos agigantados del concepto “convención de cómics”. Ellos mismos lo saben. Es por ello que hace un par de celebraciones decidieron modificar el giro del suceso, alejándolo por completo del de un “salón de cómics”, acercándolo cada vez más al de un “encuentro de cosplay”.


Así entendido no tengo reparo en celebrar su existencia. La TNT es verdaderamente un lugar de diálogo y encuentro entre enmascarados del todo el país. Cuentan desde hace varias ediciones con presencia internacional y han organizado con bastante éxito certámenes de talla mundial. Han conseguido motivar el entusiasmo por la disciplina mimética del disfraz. Han conseguido, además, elevar su nivel con cada nueva oportunidad.



La TNT es entonces un lugar propicio para el regocijo friqui. Es esto sin embargo un solo paso hacia la conformación de una verdadera comunidad adscrita a la industria del cómic. Mientras no haya impulso en las imprentas, apoyo al talento nacional, figuras del ramo que convoquen a la unidad en el estudio y ejecución de la especialidad, México seguirá siendo un país lleno de excelentes caricaturistas y moneros, pero huérfano de historietas. Una nación entusiasta del cómic, vacía de oportunidad para su desarrollo.


Existen por supuesto ejemplos encomiables de tesón y supervivencia. Cómics nacionales que sobreviven más de los bolsillos de sus creadores que del dinero del lector. Tiras internautas que se ofrecen de manera gratuita vía soportes en línea. Hay además algunos sellos independientes dedicados a la reproducción masiva de estos. Ejemplos son Caligrama Editores o Editorial Resistencia, este último estandarte encarnado de dicho apelativo, porque resistir en la publicación de libros de cómics es tarea de búsqueda diaria. Son, sin embargo, ejemplos de nimia grandeza ante la aplastante realidad.


La conformación de una verdadera industria comienza por la búsqueda personal de material de calidad. Es cierto que las posibilidades virtuales ofrecen inmediatez y acceso meta e ilegal, pero estos mecanismos debe ser utilizados únicamente para paliar el nulo ofrecimiento del mercado nacional, siempre como servicio a la comunidad sobre hurto de propiedad intelectual, nunca debe ser esgrimido como justificación del libre y arbitrario pillaje.


Tenemos entonces titánica tarea en nuestras manos. Debemos trabajar para la conformación de una base social comprometida al renacimiento de la historieta en México y procurar un verdadero impulso, desde el gobierno y la iniciativa privada, para invertir en la comercialización arbitrada de cómic editado en lengua castellana desde el interior de nuestra frontera. Ejemplos hay del tipo en economías cercanas, en Argentina, en Uruguay, en Colombia, Brasil y Perú, ¿Es que en México no nos interesa?



Imágenes cortesía: Kosupure

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