Por Ismael Martínez
Más que palabrota, “chingar” es un verbo. Yo chingo, tú chingas, él chinga, nosotros chingamos, ustedes chingan, ellos chingan. Más que sólo verbo, es adjetivo, sustantivo, adverbio de modo y de tiempo. Además, el vocablo es utilizado en decenas de frases hechas, todas con significaciones dispares. Finalmente, más que palabras, el “chingar” y sus derivados representan una forma específica de interpretar la vida. Una mexicanísima.
Chingar es un término utilizado en innumerables situaciones para significar incontables conceptos. El vocablo proviene del antiguo caló gitano čingarár (pelear) y su uso se extendió por América Latina posterior a la conquista; sin embargo, fue en territorio mexicano donde desarrolló la mayoría de sus acepciones, y con especial rapidez, durante el siglo pasado.
Es con tanta variante en la mesa que surge El Chingonario, diccionario de uso, abuso y reuso del chingar y sus derivados, una obra de reciente aparición elaborada por la redacción de la revista Algarabía vía el sello editor independiente Otras Inquisiciones.
“Ganas de chingar”, “chingón”, “chingada madre”, “hijo de la chingada”, “sepa la chingada”, “vas y chingas a tu madre”, “qué la chingada”, “yo que tú me la chingaba”, y “no la chingues” son sólo algunas definiciones compendiadas en el presente volumen, elaborado con rigor enciclopédico y desde la picardía más exquisita.
1 comentario:
Muy interesante.
Siempre consideré la palabra chingar como sinónimo de follar pero sin el consentimiento del otro, algo más cercano al concepto del término violación.
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