miércoles, 31 de diciembre de 2008

Audio 2008 II

Only by the night – Kings of Leon


Lejos quedaron los tiempos en los que Kings of Leon emocionaba con la crudeza de un rock oscuro y semicountry, los tiempos del entusiasta EP Holy Roller Novocaine (2003), el eléctrico primer álbum Youth and Young Manhood (2003) o los geniales Aha Shake Heartbreak (2004) y el Because Of The Times (2007).



Los Followill -Nathan, Caleb, Jared y Matthew- se acercan peligrosamente a la línea del melodrama musicalizado y la lírica pop. En el intermezzo de su carrera los reyes del post country en el siglo XXI ofrecen Only by the nigth, un álbum no complaciente sino experimental, alejado por completo de sus grabaciones pasadas.


“Sex on fire” representa la evolución de la banda, una prospectiva que ya se mostraba desde el sencillo “On call” en el anterior álbum, la maravilla del Because of the time. Ahora las cuerdas se contagian del movimiento de la costa este, se hacen más melódicas, más dramáticas, menos potentes.





Su lugar en la escena sureña se gana ahora por la belleza de sus cuerpos y el terrible contraste entre el femenino rostro de Caleb y su rasposa voz. El cambio físico se traslada al estudio. Las barbas rubias son afeitadas, la estética del viejo oeste da paso a las barbillas desnudas, a la apariencia andrógina, una paz plástica que se aleja de la oscuridad necesaria.


El pináculo futurista en los Kings of Leon más allá del agonizante 2008 es el conmovedor sencillo “Use somebody” donde Caleb usa su dolorosa garganta con melosa pasión mientras es acompañada de alaridos vocales en segundo plano. Los oriundos de Nashville, Tennessee podrían hallar un nicho explotable en ello, esperemos que desistan, que aguarden varios años antes de entrar nuevamente al estudio.





Only by the night es un álbum para los fanáticos no aprensivos, en lo personal me pareció involutivo y ordinario. Está en la mayoría de las listas del año por simple iteración nostálgica (o rabia sublimada).


Se dice en la industria que el tercer álbum es la prueba de fuego para una banda, pero el examen no ha terminado. No pocos vimos arder las barbas de los Followill este año. Esperemos al fénix o la debacle.

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