Cuando Canal 22 cambió de dirigencia y decidió entrarle al mercado de las animaciones japonesas lo hizo de la mano de una serie de culto, Neon Genesis Evangelion, y una película de producción arriesgada y más bien desconocida: Palme no ki (El árbol de Palme). El éxito fue inmediato para una señal de baja audiencia. Poco importó que se trasmitiera a la media noche o que la mayoría de los que seguimos el estreno en TV abierta ya conocíamos la historia al dedillo (apoyado de los causes más underground). Tal fue la reacción que decidieron seguir por el camino de los clásicos licenciando la historia de corta duración (13 capítulos) Hellsing que debe su fama a las sangrientas secuencias de un vampirismo moderno, sí Alucard (Drácula al revés) un demonio-vampiro que prefiere la pólvora a los mordiscos.
Hellsing, Post-vampirismo miliciano
Ya por el camino de la aceptación, Televisión Metropolitana cometió un error de principiante: repetirse prematuramente.
Con la buena cosecha del prestigio internacional de Eva y Hellsing canal 22 licenció Fafner, un trabajo que bien podría llamarse “Evangelion a la Gundam”. Y es que las semejanzas son vergonzantes y mal llevadas. El guión es desconcertante y repetitivo, más aun cuando parece que cada característica medular de la historia ya fue agotada por Hideaki Anno en Evangelion.
Cuando se mete la pata al despegar se comente doble fallo, y resta terreno ganado. Tan poco duró al aire esta serie que seguro ninguno de ustedes llegó a verla por ese cause. Espero que el gran desastre que significó Fafner en la carrera por el raiting en TV abierta, para una señal que tiene un público cautivo (los que buscamos algo más que programas de revista, telenovelas, caricaturas repetidas, o películas manufactura Hollywood) no detenga las iniciativas frescas que recién tentaban.
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