Range Murata, excepcional ilustrador famoso por la serie de libros Robot y su participación en exitosos proyectos animados como Blue Submarine No. 6, Last Exile y, más recientemente, Shangri-La; fue el encargado de diseñar la portada conmemorativa para la revista Ultra Jump, en su décimo aniversario.
La publicación, perteneciente a la casa Shueisha, se especializa en manga seinen (dirigido a jóvenes adultos) lo que implica, necesariamente, historias complejas, violencia extrema, humor caustico y una buena dosis de batería erótica. Por sus páginas han circulado artistas de gran calibre tales como Hagiwara Kazushi (Bastard!!), Kishiro Yukito (Battle Angel Alita) y Ogure Ito (Tenjho Tenge). Bienvenida sea pues esta primera década…
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2 comentarios:
Esa ilustraión no es Moe ni en el sentido de cute ni en el de ¡¡ay ay ay, pero que creatura del señor ilustrador!!...no me gustó, en su conjunto la ilustración no es bonita,y repito, su docis de lolita si es demasiado de lolita, muy nínfula,sólo para pedófilos pues
Precisamente de ello se debate, desde hace algunos meses, en el congreso japonés. ¿Hasta dónde es permisible erotizar la figura infante? se preguntan los impulsores de una nueva ley antilolita.
A nosotros el monoteísmo occidental nos lo ha dejado muy claro: es repugnante, está prohibido, será severamente penado; en la tierra de sol naciente, donde el concepto de feminidad ha estado siempre muy cercano a la elegancia y los modales aniñados, donde la ternura es considerada en grado sumo sexy, donde el gobierno ha libertado siempre a sus adultos mayores de edad (muy específicamente en cuanto al grafismo de incontables pulsiones “perversas”), la brecha limítrofe es amplia, quizás demasiado.
Basta mirar en la televisión cualquier programa del género revista para comprobar sus estándares de belleza y sensualidad. Existe, de hecho, una categoría específica (Kawaii) para ello en el mundo del modelaje. Yuri Ebihara, reconocido exponente, ha sido considerada con frecuencia la mujer más deseada de la nación.
No quiero con lo anterior acercarme siquiera a una tenue apología del lolicon. No. Mantengo en todo caso una firme posición de rechazo contra la pederastia en cualquiera de sus formas, pero creo que era necesario contextualizar: en Japón el lolicon simulado (escrito, dibujado, animado) es tan legal como toda la carga erótica convencional (18+) que experimentamos día a día en América y Europa. Si acaso, podríamos suponer que su rigidez moral de abolengo les garantiza dicha simulación en el plano único de lo insustancial, que por ello se considera seguro, pero dicho sería, en todo caso, una simple hipótesis adscrita a título personal.
P.D. Fuera de la polémica desatada, la ilustración en cuestión me parece estupenda desde la técnica; en perspectiva, impecable; quid del aniversario de una revista como la Ultra Jump.
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