martes, 3 de marzo de 2009

El Libro Rojo. Continuación, historiografía del asesinato

Por Ismael Martínez

  • Resignificar el concepto de sangre como una trasgresión al cuerpo, meta del proyecto
  • “Un libro de amor a México, un amor que nos duele cada vez que abrimos el periódico”: Jorge F. Hernández

1-03-09.- Hace más de un siglo Vicente Riva Palacio, eminente general, político e ideólogo mexicano, descubrió que el polvo bajo la suela de sus zapatos estaba manchado con sangre, con abundante sal venida de un permanente llanto. Lo sabía, lo había visto, vivido, experimentado. Observó en esas huellas una historia profunda de asesinato tras asesinato. Poco después hizo algo al respecto. Evocó la primicia del Libro Rojo, una crónica basada en historiografía.


Hoy en día, comenzando el siglo XXI, ese desorden subversivo, violento; regresa con imperio, y un puñado de sobresalientes piensa repetir el atroz movimiento. Escudriñar ahora a través de la vista, sí, de letras e imágenes, el oscilar de la cuchilla en poco más de un siglo sempiterno.


El Libro Rojo. Continuación es un concepto que engloba tres tomos. Un proyecto nacido hace seis años en la mente del editor Gerardo Villadelángel, un trabajo auspiciado desde 2004 por el Fondo de Cultura Económica; un compromiso con la reunión de diversos discursos y disciplinas varias, para –en voz de su artífice– “resignificar el concepto de sangre”, la nota roja, como una “idea de trasgresión del cuerpo”, a fin de cuentas una “estética del crimen”.


Jorge F. Hernández, historiador y novelista, se refirió al texto como “un libro de amor a México, un amor que nos duele cada vez que abrimos el periódico”, ese afecto sufrido experimentado por todos los colaboradores de distintas denominaciones, escritores, periodistas, ideólogos y artistas plásticos que escudriñan en la barbarie para encontrar a la humanidad digerida.


Edgardo Ganado Kim, galerista, curador y crítico de arte fue el encargado de dos puntos fundamentales en la obra, uno, coordinar las colaboraciones de los artistas visuales; y dos, desarrollar el diseño editorial, una suerte de “curador visual” de los tres volúmenes a según de Villadelángel.


Kim, en su orden al micrófono, declaró asistir a un “monumental discurso sobre una de las caras del México contemporáneo”, una que se vislumbra no solo a través del lenguaje hablado, sino a partir de los conceptos visuales, la iconografía del tiempo.


Este día último de la Feria del Libro en Minería se presentó el primer volumen correspondiente al periodo de 1868 a 1928. En El Libro Rojo. Continuación I colaboraron 50 autores y 48 artistas visuales entre los que destacan: Vicente Leñero, Paco Ignacio Taibo II, Alejandro Rosas, Adolfo Castañón, Carlos Chimal, Enrique Krauze, y Jean Meyer de parte de las letras; y Fernando Llanos, Mónica Castillo, Emilio Said, Francisco Aceves, Jan Hendrix, y Boris Viskin en el campo visual, entre muchos otros.



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