martes, 3 de marzo de 2009

Historia novelada, literatura histórica

Por Ismael Martínez

  • Organizan mesa redonda para debatir el género de la novela histórica
  • Angelina Muñiz-Huberman, Pedro Ángel Palou, Adolfo Arrioja y Eugenio Aguirre, presentes

28-02-09.- La historia es un bloque de granito tallado día con día. Se puede trabajar en él, estudiar su composición, sus aristas; pero hay marcas indelebles, testimonios ineludibles, reales. La literatura, en cambio, es el anverso de la realidad, una libre interpretación de ésta. Es, como diría Adolfo Arrioja Vizcaíno, mayormente imaginación. ¿Cómo hermanarlas entonces?


En el marco de la XXX Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería se llevó a cabo una mesa redonda con la Novela Histórica como eje temático. Cuatro destacados exponentes en juntar la prosa imaginativa con el llanto histórico estuvieron presentes: Angelina Muñiz-Huberman, Pedro Ángel Palou, Adolfo Arrioja Vizcaíno y Eugenio Aguirre. Todos ellos han escrito recientemente alguna novela que tiene como marco algún suceso histórico relevante.


Muñiz-Huberman escribió sobre Elena de Céspedes, “la burladora de Toledo”, primera médico cirujano del nuevo reino, peor aún, esclava mulata; el colmo: polígama y lesbiana. Una mujer que obtiene su libertad tras la muerte de su ama. Un ser brillante que tiene por padres a Hermes y Afrodita, que es Elena y Eleno. Que se viste de hombre y seduce señoritas. Que se enamora de una y se casa con ella. Se enamora de otra, igual la desposa. Todo al mismo tiempo, lleno de medias tintas.


Para Eugenio Aguirre, quien ya trabajara sobre Gonzalo Guerrero (padre primero del mestizaje), José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix (alias Guadalupe Victoria) e Isabel Moctezuma, importante princesa tenochca durante y después de la conquista; “la novela histórica es el vehículo idóneo para divulgar el conocimiento de la historia de los pueblos” sin dejar de lado que “cuando hablamos de novela histórica estamos hablando de literatura”.


De igual forma, Adolfo Arrioja Vizcaíno, quien presenta el libro Mama Carlota: el fin de la fugaz emperatriz de México declaró el aspecto didáctico de la historia novelada, una que sirve “para poner al lector en contacto con sucesos ignorados de la historia, a través de un ejercicio en donde las fuentes históricas se van combinando con la imaginación”.


Pedro Ángel Palou, último en la orden del día, añadió que dicho subgénero busca llenar huecos y permitir al tiempo que el lector se acerque a la historia de dos formas distintas: servirse de la historia para hacer literatura o hacer literatura sirviéndose de la historia.

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