Por Ismael Martínez
Imagina...
Superman no es Clark Kent. Su nave kriptoniana no cayó en Norteamérica, sus padres no son granjeros de Kansas y nunca jugó futbol en la preparatoria estatal. No. Superman ya no es un cachorro del imperio, él es ahora el “hijo rojo”, un vástago del comunismo soviético.
En los cómics eso pasa. Las certezas siempre se quebrantan. Superman, aquél hombre de mallas vestido de rojo y azul, no es más estadounidense, no pertenece al gobierno, no es garante ya del modo de vida americano. Él, en plena guerra fría, dirige ahora las huestes rusas más allá del océano, cruzando el pacífico y el atlántico; con otro emblema en el pecho: una hoz y un martillo atravesados.
Ésa es la apuesta de Superman: Hijo Rojo. Un trabajo que emana de la división “Elseworlds”, mundos alternos de DC cómics, el sello editorial que financia las operaciones de la liga de la justicia.
Aprovechando su inminente reedición española les presento este guion de Mark Millar ilustrado por los bien conocidos Dave Johnson y Killian Plunkett, en donde Kent es soviético, comunista, y más aún, brazo derecho del mismísimo Stalin.
Si andas corto de euros… (es fácil encontrarlo en línea).
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