Después del notorio éxito de La Princesa y el Sapo (2009), Disney continúa con su antiquísima serie de filmes animados basados en la nobleza femenina de las narraciones folclóricas europeas compendiadas tan arduamente por los hermanos Grimm en sus popularmente conocidos “Cuentos de Hadas” de principios del siglo XIX.
Esta vez tocó turno a Rapulzel, una bella jovencita de inusitada cabellera confinada a vivir sola en una torre por una malvada hechicera. La trama, ya de sí conocida, será adaptada con importantes variaciones, la más notoria, que el enamorado en turno no será algún príncipe heredero (¿o sí?) sino todo lo contrario, el más buscado ladrón del reino.
El punto clave de la actual producción es que la saga dejará por vez primera la preponderancia en animación tradicional para dar el “salto de calidad” hacia los gráficos generados por computadora. Además, los giros argumentales y el guión parecen más enfocados en los chascarrillos propios de una comedia musical ligera que en la problemática usual del romanticismo dramático.
El título original de la cinta, “Tangled”, es un inteligente apelativo (lit. “enredado”, “complicado”) para la condición capilar de la protagonista, cuya fantástica cabellera generará con seguridad las más socarronas proposiciones.
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