jueves, 15 de julio de 2010

La Mole 31, cantaleta habla…

Por Ismael Martínez


Es bien conocida la crítica que este humilde escribiente ha dirigido a lo largo de los años a las mal llamadas “convenciones de cómics” que se llevan a cabo en esta nuestra querida Ciudad de México. La evidencia es contundente, dichas “reuniones comiqueras” raramente son algo más que oportunidad para el negocio minorista en forma de enormes tianguis (muchas veces de piratería) e infructuosos esfuerzos de la heroica grey cosplayera por captar atención fotográfica.

Convenciones” se dice. Simplemente no existe argumento que sustente la utilización de dicho apelativo. La presencia de autores y/o artistas es nula, la oferta melómana se reduce a entarimados de calibre amateur y las conferencias con personalidades de la industria se limitan a la cada vez más bochornosa presencia publicitaria de Editorial Vid. El balance es claro. No existe en México Industria del cómic más allá del pintoresco libro vaquero.



Lo que sí hay es una presencia monopólica, al parecer cada día más asustada por el fracaso; y el fantasma de los grandes emporios editoriales (léase Norma, Taschen, etc.) comercializando títulos europeos a precios inalcanzables.


Para no ir más lejos, les presento un ejemplo reciente. Ayer miércoles 14 de julio adquirí en la comiquería Fantástico (antes Comicastle) un ejemplar de Will Eisner: A Spirited Life, la biografía oficial escrita por Bob Andelman, editada por el sello americano M Press y distribuida por el gigante de los cómics Dark Horse. Por ser un libro relativamente viejo (2005) se encontraba en rebaja y pagué por él únicamente $90 pesos, es decir, menos de la mitad de su precio de lista en EE.UU. ($15 dólares).


Acto seguido pasé a librerías Gandhi para escudriñar las novedades cuando me encontré con el mismo título traducido al español por Norma Editorial. Cuál fue mi sorpresa cuando observé el precio en la tapa: $454 pesos, un valor además rebajado por la cadena librera puesto que el precio de lista directamente con la distribuidora de Norma en México es de $500 pesos. En España el mismo título se comercializa en €18 euros, aproximadamente $300 pesos locales. Las cifras hablan por sí mismas.


¿Por qué en México la oferta no crece paralela a la demanda? ¿Hasta cuándo tendremos que ser parias del cómic mundial, víctimas de una jugosa industria históricamente ignorada? ¿Cuánto más tendremos que esperar para tener en México representación de editoras estadounidenses y japonesas? ¿Hemos de conformarnos con la escasa variedad de impresiones y la constante sangría que representa la importación de títulos? ¿Llegará a nuestro país la vanguardia en distribución legal vía internet que se establece de a poco en Japón y Norteamérica, la cual eliminaría el flagrante abuso del intermediario exclusivo? La moneda está en el aire, esperemos haya pronto en México quien la cache.



e-comics, ¿posible solución al problema de la distribución internacional?

No hay comentarios: