Gantz en carne viva

Es oficial, con entregada aprobación de Oku Hiroya, Gantz llegará a salas niponas bajo el formato celuloide durante el primer trimestre de 2011. La técnica a emplear será la muy usada (últimamente) combinación de actuación presencial y animación por computador (CG), un live action pues, y ya saben lo que eso significa.

Sin embargo, la cinta será una coproducción de la cadena NTV (responsable de las múltiples adaptaciones del trabajo de Naoki Urasawa) y la bienhechora (aunque limitada) Madhouse. La cinta estará a cargo del experimentado escritor (y novel director) Shinsuke Sato (Hottarake no Shima: Haruka to Mahō no Kagami), mientras Watanabe Yuusuke será el encargado de escribir la adaptación desde el formato manga.

Hasta ahora la información sobre el cast se limita a los protagonistas varones: Kei Kurono, quien será interpretado por el famoso “boy band” Kazunari Ninomiya (mejor conocido en occidente por su rol protagónico [soldado raso Saigo] en Cartas desde Iwo Jima del cineasta americano Clint Eastwood); y Masaru Kato, encomendado al versátil Ken'ichi Matsuyama (Death Note, Detroit Metal City).

Hasta aquí todo parece sencillo: gente bonita (y delgada, muy delgada) enfundada en ajustados trajes de cuero negro, poniendo cara de incordio, mirada profunda y preocupación en los ojos. Tanquetas militares y osados diseños mecánicos. Kilos y kilos de maquillaje verde, blanco y anaranjado. Rifles, pistolas y cuernos de chivo camuflados de armas laser. Katanas de plástico ondulando en el viento…

No obstante existe una dificultad infranqueable. Todos (del plural varonil) sabemos del desbordante atractivo femenino que utiliza Hiroya-sensei en sus modelados bidimensionales. Y conocemos también (hemos visto, no se hagan) las limitaciones corporales de las chicuelas niponas. No cuadra pues.

Con todo. No he visto aún el live action (asiático) que derribe mis prejuicios ante tal desamparo cinético. Teniendo dicho en cuenta, y con el medidor de calidad calibrado en nivel fanático, diré una sola cosa. Aun quedan dos años.