lunes, 18 de mayo de 2009

Tránsito

Por Ismael Martínez


Solo.

Me encuentro sentado,

con la cabeza entre las manos,

con un dedo repasando las comisuras de mis labios.


Solo.

En medio de la sala,

administrando el silencio que llega por todos lados,

que me hunde y me abruma desde la esquina de mi propio cuarto.


Y llega en tumulto,

con pampas en los brazos,

con cascabeles en el cinto,

con cebollas en el rabo.


Y llega como la rigidez en la garra de un gato muerto,

como la negra vista de un ciego recién diagnosticado,

como la luna derretida por el llanto de tantos niños envenenados.


Llega, iterando mi soledad,

invadiendo mi espacio,

describiendo mi vida entre los blancos huesos de sus manos.


Se queda. Contando y contando,

la incidencia, la magnitud, la riada de mi llanto.


Espero y espero, enloquecido y sereno.

Pronto, pronto ya, descubriré mi cuerpo irrumpido, ultrajado,

dejaré entonces que mi alma desnuda discuta con el filo de su manto.



donmak – “Untitled”, acrílico, 2007


1 comentario:

Anónimo dijo...

QUÉ DEMONIOS REPRESENTA ESA IMAGEN?
ESAS PALABRAS MELANCOLICAS ME REMITEN A UN ESTADO EN LA PREPA

Crusher