Comenzaron cuatro, terminaron cinco. Guitarra principal y secundaria, bajo, teclados y bataca. Cinco pequeñas estudiantes de secundaria, movidas ellas por amor a la música, pero, en principio, por cariño fraterno, por amistad.
Yui, Ritsu, Tsumugi, Mio y Azusa hace apenas tres meses que comenzaron su rodeo por los auditorios de su instituto, miembros de un club vilipendiado, casi sin miembros, con apenas un salón en el último piso de la escuela. Desde esa aula surcaron en vistas el planeta, y esas cinco crías se ganaron el corazón de miles de seguidores alrededor del mundo.
La serie alcanzó con rapidez enormes niveles de audiencia. Su tema de entrada, "Cagayake! GIRLS”, interpretada por las mismas seiyuus del programa, se mantuvo un par de semanas en la cima del ranking Oricon.
La producción de Kyoto Animation siguió además tendencias mercadológicas trazadas por colosales éxitos de antaño. K.ON! aprendió de Suzumiya Haruhi no Yuutsu y Lucky Star. Las imágenes de rostros, cuerpos, pantis de esas chiquillas salieron a la venta en toda clase de formatos: figuirines, discos, dakimuras, pañuelos desechables; incluso Fender y Gibson patrocinaron la emisión. Los versados seguían cada episodio con animado fanatismo.
Con mayor razón se explica el supremo disgusto que ocasionó el prematuro término de su serialización. K-ON! finalizó hoy, después de sólo 12 entregas, su gira por los televisores del Japón. Lo hizo con un episodio homónimo: Keinon: “música ligera”; dejando así, un gran espacio digno de cualquier especulación.
Con la insuperable conquista de audiencia que mantuvo, se debe esperar en breve, primavera de 2010 por ejemplo, el regreso de esas tiernas muchachas al gran escenario que es la animación.
*La próxima semana será emitido un episodio extra bajo el nombre: “Día de invierno” (冬の日)*
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