A 15 días del huracán muerto…

La versión televisiva de Naruto fue tan pervertida por capítulos sin sentido (casi 100) que en febrero de 2007 los productores tuvieron que relanzar el concepto bajo el subtítulo Shippuden (“Crónicas del huracán”), tomando como pretexto la pausa intrínseca en la historia original de Masashi Kishimoto. Sin embargo, me atrevo a asegurar que el asombroso primer capítulo de Naruto Shippuden fue también el último bien escrito para la serie.

Sucedió desde entonces una forma nueva de mezclar la trama lineal con incontables minutos ociosos, inventados personajes y demás situaciones embarazosas que han destruido por completo el prestigio de la saga animada.

De forma absurda y monetarista, los productores encargados parecen utilizar la firma como un campo de pruebas de rating, ensayando formas más astutas de atraer grandes patrocinios sin arriesgar capital, haciéndonos a todos perder el tiempo.

A quince días del estreno de la nueva cinta Naruto Shippuden Hi no ishi wo tsugumono, y tomando como pretexto el nuevo avance cinematográfico presentado hace un par de días; lanzo al aire una proposición resolutiva: Naruto ha capitulado por completo en la atracción de nuevos fanáticos, más aún, se ha encerrado en su propia esfera y se destruye paso a paso.

Si la situación no cambia para fin de año es preciso que la historia termine, será necesario que se retire antes de dilapidar la coherencia de su último bastión: los diez años en los que han trazado viñetas.

Naruto Shippuden Hi no ishi wo tsugumono; estreno, sábado 1º de agosto